Entre sonidos, colores, gestos y corporeidades que suscitaban un devenir creativo y sensible en cada sujeto, se fueron esbozando las estrategias didácticas y la propuesta metodológica que da sentido a la praxis artística en The New School. Partir de lo simple e intrínseco en cada niño para llegar a una construcción legitimada en la experiencia, que devela los pensamientos, las emociones y las realidades de una colectividad; valorando ética y estéticamente, las particularidades de cada ser. Sólo fue posible comprender esta premisa, cuando colectivamente intentamos emular en 60 minutos las experiencias que a diario vivimos en nuestros ambientes de aprendizaje. ¿Por qué aprender la teoría del color? ¿Para qué sirve el pulso? ¿Cómo comunico mis ideas con mi cuerpo? Las prácticas pedagógicas con sentido desde la educación artística, trascienden cualquier formalismo académico de dar respuesta a estas preguntas y superan la intención tecnicista de las artes. Para ello, fue preciso comprender que la construcción de un nuevo aprendizaje es importante y significativo, cuando validamos grupalmente los aportes de cada estudiante. Sólo basta con aprovechar al máximo el recurso creativo de los niños para que sea posible el diálogo entre las pinceladas, los acordes y los gestos plasmados en la obra de arte. Siguiendo las indicaciones del docente – del adulto guía – vamos consolidando un proceso artístico desde las diversas interpretaciones que los niños y adolescentes hacen del saber musical, teatral y plástico.
Como testimonio de estos planteamientos, es menester compartir los aportes de los docentes* que participaron en el taller de artes, los cuales acentúan las ideas y las experiencias que en este relato se quieren ilustrar:
(Docente *HARRY MONTOYA RESTREPO. Resumen de lo acordado por el grupo del taller de artes en el XIV Encuentro Pedagógico del colegio The New School – 10 de octubre de 2017)